Sistemas de valoración de la empresa basados en el fondo de comercio (VII)

Mar 5, 2017 por
Sistemas de valoración de la empresa basados en el fondo de comercio (VII)

A lo largo de las anteriores entregas hemos tratado de sistematizar algunos sistemas de valoración de empresas. Así, hemos hablado de aquellos que están fundamentados en el valor de los activos, de los métodos patrimoniales y de los métodos que se basan en la cuenta de resultados.

En el presente artículo hablaremos de aquellos métodos centrados en el fondo de comercio. En próximas entradas abordaremos los denominados métodos clásicos, los realizados por descuento de flujos de caja y, por último, los llamados métodos avanzados.

Valor material e inmaterial de la empresa

Cuando se utiliza el fondo de comercio de la compañía para calcular su valor, se utiliza un enfoque mixto. Por una parte, se realiza una evaluación estática de los activos de la empresa y, por otra, se intenta determinar el valor que generará en el futuro. Es decir, se determina el valor como la suma del valor material más una plusvalía (valor inmaterial, fondo de comercio o “goodwill”).

Este fondo de comercio representa los valores inmateriales de la empresa y depende de una serie de factores: buena organización, patentes y marcas, ubicación, clientela, etc. y determina que su rendimiento sea superior al que produciría el capital invertido en la compañía.

Métodos directo e indirecto

Para determinar el valor del fondo de comercio o goodwill (FC) se usan normalmente dos métodos: el directo y el indirecto. El directo lo calcula por la diferencia entre el valor de rendimiento de la empresa y su valor sustancial FC = VR – VS,

siendo FC el valor de fondo de comercio, VR el valor de rendimiento de la compañía y VS el valor sustancial.

El sistema indirecto parte del rendimiento atribuible al capital invertido en la empresa y la capitalización de la diferencia entre el rendimiento que obtiene como consecuencia del desarrollo de su actividad y el atribuible al capital será el beneficio extraordinario o FC.

Así, el beneficio esperado de la empresa será B = r * VS,

el beneficio normal BN = k * VS, 

y el beneficio extraordinario será B – BN = (r-k) * VS,

siendo r  el tipo de rendimiento que la empresa obtiene, k el tipo de descuento del mercado y VS el valor sustancial de la empresa o fondos propios.

Si consideramos unos beneficios extraordinarios constantes en el tiempo y el horizonte temporal es finito (n años), FC = (B – BN) an]k  = (r – k) VS an]k  , siendo an]k = 1 – (1+k)-n/k.

Valor global (VG)

Los dos principales métodos para determinar el valor global de las compañías combinan el valor de rendimiento con el valor sustancial y, así, alcanzar el valor final. Los dos más utilizados son:

Alemán o indirecto. Asume que el valor de rendimiento es el teóricamente correcto, pero como su cálculo está lleno de incertidumbres, para compensarlas al VS se le añade la mitad de valor del FC y no el 100% del mismo.

Así VG = VS + ½ (VR – VS) = ½ (VS + VR), siendo

VG el valor global de la empresa, VS el valor sustancial y VR el de rendimiento.

Es decir, el valor del FC se reparte a partes iguales entre comprador y vendedor para que ambas partes tengan alicientes en la posible operación de compraventa.

Anglosajón o directo. En este caso compara el beneficio proporcionado por la empresa (B = r * VS ), con el rendimiento que produciría un capital equivalente al valor sustancial en condiciones normales (BN = k * VS ). La diferencia entre B y BN nos proporciona una cantidad que, actualizada, constituye el valor del goodwill o fondo de comercio.

El valor global de la empresa viene dado por la suma del valor sustancial y el goodwill:

VG = VS + FC = VS + ( B – BN ) an]k

Los últimos métodos que hemos visto en las últimas notas de esta serie son los denominados como “clásicos” y son interesantes debido a su amplia aceptación. Sin embargo, adolecen de grandes carencias desde un punto de vista de rigor financiero. La principal es que consideran que la empresa genera valor a partir de que las inversiones rinden por encima de la tasa sin riesgo y no comparativamente con el coste del capital.

En los próximos artículos iremos viendo como otros enfoques solucionen esta problemática.