LA ECONOMÍA ESPAÑOLA Y EUROPEA EN 2017

May 17, 2017 por

Recientemente la Comisión Europea (CE) hizo públicas sus previsiones de primavera para 2017 y 2018. Según esta institución, la economía de la UE crecerá este año y el siguiente, debido a diversos factores, entre los que destaca la paulatina desaparición de la incertidumbre política, pero con riesgos ciertos, especialmente aquellos generados por las negociaciones referidas al «Brexit», las políticas económicas y comerciales de EE.UU., el ajuste económico de China y ciertos aspectos derivados de la fragilidad de algunos elementos del sector bancario. En cualquier caso, según la CE, los «riesgos son ahora más equilibrados». El gran titular podría ser que Europa entra en su quinto año consecutivo de crecimiento, apoyado por políticas monetarias acomodaticias, negocios sólidos, confianza de los consumidores, comercio global en fase de aceleración y creación de empleo (en la zona euro el paro en 2017 estará en el 9,4% y bajará al 8,9% en 2018, en la UE: 8% y 7,7% respectivamente).
Otro elemento destacable es que la recuperación de empleos e inversiones es desigual, por lo que las divergencias continúan siendo el principal desafío para los próximos años. Un último factor a destacar es que la CE estima que todas las economías de la UE crecerán en 2017 y 2018. El ejecutivo comunitario espera un crecimiento de la UE del 1,9 % para 2017 y 2018, y para la zona euro del 1,7% y 1,8% respectivamente.
Estima que España medrará un 2,8% en 2017, para ser el decimotercero (13º) que más lo haga de la UE y el octavo (8º) de la zona euro. Son reseñables, por el vigor de sus economías, Malta (4,6%), Rumania (4,3%), Luxemburgo (4,3%), Irlanda (4%), Hungría (3,6%), Polonia (3,5%), Eslovenia (3,3%), Letonia (3,2%), Eslovaquia (3,0%), Lituania (2,9%), Croacia y Bulgaria (2,9%).
Dentro del grupo de “alumnos aplicados” hay que destacar a Polonia, país con más de 38 millones de habitantes, crecimiento del PIB superior al 2,8% por cuarto año consecutivo y una tasa de desempleo del 8,1 %, el nivel más bajo de los últimos 26 años. En la buena marcha de esta economía los fondos europeos juegan un papel fundamental, especialmente los “Estructurales y de Cohesión”, ya que se mantiene como principal receptor de estas ayudas, con 82.500 millones de euros para el período 2014-2020.
Entre las grandes economías, la CE estima que la británica crecerá un 1,8% y un 1,3 % en 2017 y 2018; la alemana, un 1,6 % y un 1,9 %; la francesa, un 1,4 % y un 1,7 % y la italiana, un 0,9 % y un 1,1 %. En cuanto a Grecia, las previsiones de Bruselas estiman el 2,1 % en 2017 y el 2,5 % en 2018.
Con respecto a los precios, Bruselas no manifestó excesivas preocupaciones, pues la tasa de inflación pasará del 0,2 % en 2016 al 1,6 % en 2017 y al 1,3 % en 2018. El ejecutivo comunitario también contempla un descenso del déficit público del área euro, desde el 1,5 % del PIB en 2016 al 1,4 % en 2017 y 1,3 % en 2018.
En relación al crecimiento, creemos que conviene centrarse en las expectativas relativas a Alemania y Francia, ya que suponen algo más del 50% del PIB de la zona euro y un 36% de la UE incluido el Reino Unido. El futuro parece ser positivo, ya que Alemania aceleró su expansión durante el primer trimestre, creciendo su PIB un 0,6% trimestral (0,4% anterior).
En el gigante europeo se aprecian contribuciones positivas de la demanda doméstica y la exterior, destacando el sustancial aumento de la formación de capital fijo, especialmente en la construcción, pero también en maquinaria y equipamiento. También los hogares y el Gobierno incrementaron ligeramente su gasto en consumo final, mientras el dinamismo del comercio internacional contribuyó al mayor aumento de las exportaciones frente a las importaciones. En términos interanuales ajustados estacionalmente, registró en el primer trimestre del año una expansión interanual del 1,7%, una décima inferior al trimestre anterior. Destacar que el crecimiento alemán fue superior al de la eurozona (0,5%) y al de los trimestres anteriores (0,2% y 0,4%).
En cuanto a la economía francesa, subrayar que generó durante el primer trimestre 49.400 nuevos empleos, lo que representa el octavo incremento trimestral consecutivo y eleva la cifra de ocupados a 26,23 millones, la más alta desde el tercer trimestre de 2008, cuando la quiebra de Lehman Brothers desencadenó la crisis global. En el último año, Francia creó 198.000 nuevos empleos (incremento del 1,2%). La tasa de desempleo se situará por debajo del 10% cuando se den a conocer los datos del primer trimestre el 18 de mayo.
Según el Banco de Francia, su economía crecerá un 0,5% en el segundo trimestre, tras un 0,3 % en el primero, ya que los datos conocidos apuntan a una aceleración. El incremento entre enero y marzo supuso una ralentización tras el 0,5% conseguido en los tres últimos meses de 2016, debido fundamentalmente a una evolución menos positiva del consumo.
En abril la producción industrial siguió acelerándose y su indicador coyuntural aumentó un punto hasta 104, claramente superior al nivel de 100, que marca la media de largo plazo. La actividad también subió en los servicios y la construcción, mostrando un comportamiento más neutro. El BdF había estimado que la economía francesa crecería un 1,3 % este año y el Gobierno francés espera un aumento del PIB del 1,5%. Todo apunta a que en las próximas semanas veremos una mejoría de las estimaciones.
Creemos que con las dos mayores economías europeas funcionando mejor de lo esperado, la Península Ibérica tiene unas expectativas mejores que las que se consideraban a comienzos de 2017. En el caso español, las recientes modificaciones de las previsiones por parte de los organismos públicos y privados así lo confirman. Además, la mejoría de la economía portuguesa –uno de nuestros principales socios comerciales- también aporta señales de optimismo.
Según la CE, la economía de Portugal crecerá un 1,8% y un 1,6% durante 2017 y 2018, a pesar de que el país todavía afronta riesgos ligados al sistema bancario, pero con unas cuentas públicas sorprendentemente saneadas, ya que el déficit, que en 2016 se situó en el 2 %, se reducirá al 1,8 % este año.
En nuestra opinión, las estimaciones de la CE son conservadoras, ya que el gasto del consumidor se mantendrá fuerte, respaldado por la subida del salario mínimo y por el crecimiento del empleo. El propio ejecutivo comunitario espera importantes mejoras laborales, estimando que el paro pasará del 11,2 % en 2016 al 9,7 % en 2017 y al 9,2 % en 2018. Además del turismo –principal motor del crecimiento junto a las exportaciones- la creación de empleo se refuerza por el repunte de la construcción. Por otra parte, la moderación de los precios, con una inflación que alcanzará el 1,4% y 1,5% en 2017 y 2018, sigue mejorando la competitividad de la industria y la manufactura portuguesa en el contexto europeo.
Creemos que la economía lusa se comportará mejor que las previsiones y que el PIB crecerá por encima del 2,4% en 2017, manteniéndose cerca del 2,8% -su actual ritmo interanual de crecimiento- apoyado en la demanda interna, la inversión, su pujante sector exterior y la fortaleza mostrada por el turismo internacional.
En resumen, en ZINCAPITAL (www.zincapital.com) creemos que las perspectivas de nuestra economía para este y los próximos trimestres son claramente positivas. Si las incertidumbres externas no afectan a la actual coyuntura, no es descartable que sigamos viendo ritmos interanuales de crecimiento cercanos o ligeramente superiores al 3% durante el presente ejercicio.