¿En qué banco coloco mi dinero?

Jun 19, 2016 por
¿En qué banco coloco mi dinero?

El debate sobre el futuro de los bancos en Europa está ahora mismo muy vivo. Estas entidades hasta hace pocos años estaban por encima del bien y del mal, nadie dudaba de su solidez, permanencia y capacidad para generar beneficios de forma recurrente. Pero la desaparición de las cajas de ahorro en España (en otros países ya habían ocurrido procesos similares), las múltiples fusiones bancarias, las bajas valoraciones de los bancos en bolsa y todo tipo de rumores alentados por la prensa hacen que personas y empresas piensen: ¿dónde debo tener mi dinero? ¿cuál debe ser mi banco a medio plazo? ¿con quién se va a fusionar mi “banco de toda la vida”?. Este es un debate de gran calado y actualidad, ya que como ha dicho recientemente un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional:”En la zona del euro hay demasiados bancos y demasiado débiles».
Actualmente, las entidades financieras europeas viven una situación de elevada incertidumbre. El precio del petróleo, la problemática coyuntura china y sus riesgos geopolíticos, el Brexit, el uso de las nuevas tecnologías, la transformación digital y la crisis de los refugiados afectan al sistema económico-financiero europeo y, en consecuencia inciden en las decisiones del BCE y su política monetaria y de supervisión. En nuestra opinión, el problema de la banca europea no es de balance ni de liquidez, es de rentabilidad y modelo. La laxa política de tipos de interés del BCE pone en cuestión el modelo existente, pero es sólo un síntoma más. El sistema bancario todavía está en la UCI (un ejemplo es el Banco Popular). A pesar de su lenta mejoría, una parte aun está en riesgo. Según el FMI, uno de cada tres activos financieros de la eurozona está en manos de entidades con «serios problemas» y los activos en riesgo alcanzan los diez billones de euros. Según José Viñals, Responsable de Asuntos Monetarios del FMI, el 60% de la banca europea está sana, pero el resto tiene problemas de diversa intensidad. El 25% de las entidades «tiene deberes pendientes» para salir a la superficie, mientras el 15% restante «está en serios problemas». Por ello, desde su institución hace repetidos llamamientos a la concentración del sector financiero europeo, para que queden menos bancos y más solventes.
Las cosas están complicadas. Si consideramos su problemática con una perspectiva amplia, vemos que influyen negativamente diferentes factores adicionales a los ya expuestos, tales como el bajo volumen de la deuda, la aparición masiva de tecnología en los usos bancarios, la baja demografía, los pequeños márgenes de rentabilidad, las exigencias de capital y los cambios regulatorios. Además, cada vez hay menos mercado a repartirse, por lo que las entidades son menos rentables y necesitan ganar tamaño para poder competir. Sin embargo, el conservadurismo habitual del sector hace que las decisiones se adopten cautelosamente. Por último, los bancos están digiriendo la reestructuración anterior y ninguno quiere perder su independencia.
En ZINCAPITAL, todo esto nos hace pensar que el sector financiero en Europa está irremediablemente abocado a un próximo proceso de concentraciones y fusiones locales y transfronterizas. La cuestión es “el cuando”. En España, la coyuntura política no es propicia, ya que para que el proceso comience sería ideal un gobierno estable.
Recientemente, el Subgobernador del Banco de España pidió a los bancos que valoren las fusiones como una opción clara. Los reguladores europeos y el español piden repetidamente movimientos, pero las entidades se resisten, esperando que llegue una recuperación de los mercados. El funcionario considera «ideal» que los bancos acometan fusiones en otros países de Europa para generar un sector «más eficiente», rompiendo el vínculo del riesgo soberano con el riesgo bancario. En este sentido, la puesta en marcha de la unión bancaria europea estaba llamada a promover las fusiones entre entidades de distintos países. Sin embargo, ese escenario ahora parece lejano, debido a la incertidumbre regulatoria, fundamentalmente la que afecta a nuevos requisitos de capital (capítulo que aún no está cerrado). La patronal del sector piensa que la consolidación debe producirse primero en el ámbito nacional, ya que en España aún hay margen para nuevas fusiones y cierres de sucursales.
En España, actualmente deambulan un total de 16 entidades (sin contar las cooperativas de crédito y cajas rurales). Lo ideal sería que permaneciera alrededor de una decena, lo que significaría un nivel de concentración similar al de Francia o Reino Unido. La pregunta se centra en qué papel va a protagonizar cada entidad a partir de ahora. Los 6 grandes (Santander, BBVA, CaixaBank, Popular, Sabadell y Bankia) son los que quieren y tienen que dominar el proceso, realizando además operaciones transfronterizas en Europa. En sentido contrario, también pueden interesarse por algunos bancos españoles diferentes entidades extranjeras. El resto (Kutxabank, Unicaja, Liberbank, Ibercaja, Abanca, BMN y Bankinter) pueden estar en el punto de mira de las otras o, buscar uniones entre ellas. La rumorología actualmente es muy amplia, proponiéndose alternativas para todos los gustos.
Por último, en España tenemos el elemento diferencial (“Spain is different”): cada vez está más cerca el 12 de julio, cuando el abogado del Tribunal Europeo de Justicia se pronunciará sobre la retroactividad de las cláusulas suelo. Los expertos jurídicos consultados esperan una sentencia que suponga la devolución a los consumidores de 7.600 millones de euros que los bancos cobraron de más. El Tribunal Supremo anuló este mecanismo desde 2013, obligando a los bancos a devolver el dinero cobrado de más desde esa fecha. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) todavía existe «gran confusión» entre los afectados por cláusulas suelo sobre cómo actuar para recuperar el dinero pagado de más. En cualquier caso, la magnitud de la cifra y la obligatoriedad de la devolución puede ser otro castigo a las cuentas de resultados de nuestros bancos.
En otro orden de cosas, creemos que es clarificador del caso español una clara comparativa que permite vislumbrar hacia dónde va el sector. En España, en julio de 2015 existía una oficina bancaria por cada 1.453,6 habitantes, mientras que en el conjunto de la Unión Europea, este ratio está en 2.482. En Zincapital creemos que el ajuste que se producirá también afectará al sector inmobiliario, aunque este asunto es lo suficientemente complejo como para ser tratado en otro momento.
En resumen, el futuro de la banca en Europa parece claro, pasando por una fusión de entidades para que haya menos jugadores en su mercado. A medio plazo –no más allá de 5 años- veremos menos entidades, menos oficinas y menos personal en este sector. Los servicios bancarios serán más caros y el cobro de elevadas comisiones se generalizará. En este contexto, ¿qué hago con mi dinero? ¿a quién se lo pido?