Los tipos de interés en EE.UU. Hacia donde van y sus posibles consecuencias

May 22, 2016 por

La Reserva Federal (FED), el banco central norteamericano, en su última reunión, mantuvo inalterados sus tipos de interés, dejando abierta la puerta a tímidas subidas para próximas ocasiones. En este punto, la comunidad inversora muestra elevadas dosis de incertidumbre, ya que la economía global sigue débil, lo que constituye un riesgo para la estadounidense. Por ello, el consenso apunta a que la subida del precio del dinero en EE.UU. será muy gradual. Además, la celebración de las elecciones presidenciales en noviembre deja a la autoridad monetaria pocas opciones de tomar medidas trascendentes más allá del verano.

En diciembre, la FED aprobó una moderada subida, la primera en casi diez años. En abril, por el contrario el comité que decide sobre los tipos (FOMC) dejó las cosas como estaban. Las tasas oficiales siguen en mínimos históricos, (del 0,25% al 0,50%), y los datos de actividad, empleo y crecimiento de EE.UU. no terminan de dar argumentos para forzar ya una política monetaria más restrictiva. En contra juegan la fortaleza del dólar, (especialmente frente al euro, lo que lastra las exportaciones), los efectos de la caída del petróleo y el frenazo de China.

En este contexto, en ZINCAPITAL (www.zincapital.com) esperamos que se produzcan dos elevaciones de los tipos oficiales de interés por parte de la FED en 2016. ¿Por qué? Los últimos datos conocidos sugieren que el crecimiento está acelerándose en el segundo trimestre, haciendo que la tasa de desempleo siga reduciéndose hasta niveles muy reseñables. Por otra parte, pensamos que el momento más probable para que se produzca la primera elevación es julio, ya que así se podrán evaluar correctamente los datos del segundo cuarto del año, así como proporcionar tiempo suficiente para transmitir las expectativas correctas a los mercados financieros. Creemos que será en julio, porque si la situación económica se fortalece considerablemente, la institución de Washington siempre puede subir los tipos de interés para embridar cualquier posible exceso, pero al revés no lo tendría tan fácil. Como dijo recientemente la Presidenta de la FED: “si el crecimiento flaquea o la inflación permanece obstinadamente baja, el Comité solo podría proporcionar un modesto grado de estímulos adicionales recortando los tipos de nuevo a cerca de cero”.

De esta forma, indirectamente, Yellen excluyó la posibilidad de los tipos de interés negativos, territorio en el que se han adentrado otros grandes bancos centrales. El europeo rebajó este mes los tipos de interés al 0%, desde el 0,05%, y la facilidad de depósito pasó al -0,40% y el Banco de Japón aprobó en febrero el recorte de su tipo de referencia hasta el -0,1%.

Hay que destacar que el hecho de que la próxima reunión de la FED tenga lugar el día 15 de junio, justo una semana antes del referéndum de permanencia en la UE que se celebrará en Reino Unido el 23 de junio, nos ayuda a creer que finalmente no se producirá la subida de tipos en junio.

La normalización de los tipos continuará en verano

Recientemente se dieron a conocer los textos de las últimas reuniones de la FED. Según ellas, el órgano del banco central que fija la política monetaria de la mayor economía del mundo se inclinaba a elevar los tipos en junio, en base a que:

1) las condiciones del mercado laboral siguen mejorando
2) los datos que se van conociendo avanzan que la actividad del segundo trimestre se acelera, tras un crecimiento anualizado de apenas el 0,5% entre enero y marzo de este año, y
3) se observan importantes avances en el objetivo de que la inflación alcance una tasa de crecimiento del 2% interanual.
No obstante, algunos miembros de la FED no están seguros de que los indicadores sean lo suficientemente sólidos como para forzar una subida de tipos en la reunión que mantendrán en junio. De los papeles conocidos del FOMC se deduce que sus miembros no ven unánimemente una tendencia alcista. De hecho, existe un deseo generalizado de mantener las alternativas monetarias intactas y dejarse guiar por los próximos datos coyunturales.

El consenso del mercado apunta a que los estadísticos que se conozcan tendrán que ser muy sólidos para obligar a que se produzca una elevación en junio. Los previos a la próxima reunión de la FED apuntarán probablemente a una recuperación, pero las perspectivas coyunturales acerca de la economía de EE.UU. podrían seguir siendo inconsistentes cuando tenga lugar, debiendo estar más claras –en cambio- a finales de julio. Por ello, creemos que será entonces cuando la FED continuará con la normalización de la política monetaria.

Uno de los asuntos que más preocupa actualmente a las autoridades es el bajo crecimiento de la productividad de la economía. Si sigue defraudando en los próximos trimestres, existe el riesgo de que crezca el desempleo y aumente rápidamente la inflación. Otra alternativa podría ser que la baja productividad conduzca a un crecimiento más lento de lo esperado de ingresos y ventas de los negocios, en línea con las actuales expectativas de crecimiento moderado.

Porque, además de la incertidumbre de la economía global, hay otra clave exterior a tener muy cuenta de cara a la subida del precio del dinero en EE.UU., y es que los otros grandes bancos centrales (BCE y el de Japón), están aplicando medidas en sentido contrario, muy expansivas, lo que abona la caída de sus monedas respecto al dólar, dañando aún más las exportaciones americanas.

En este contexto, los inversores, empresas y empresarios muestran preocupaciones acerca de cómo podría afectar dicha subida de tipos a la economía de Europa y a sus empresas. Intentaremos hacer un (muy) breve resumen de algunas consecuencias que una modificación de la política crediticia americana podría tener en el contexto europeo.

• Empresas exportadoras europeas a EE.UU. Estas compañías, evidentemente, saldrían beneficiadas de la subida del precio del dinero. Si hay alzas de tipos, se producirá una apreciación del dólar, lo que beneficiará a todas las empresas con exposición a EE.UU. porque van a tener una divisa más fuerte y mayores beneficios. Consecuentemente, se puede pensar que sería una buena noticia tener el euro más depreciado, puesto que las exportaciones del Viejo Continente saldrán beneficiadas.
• Empresas exportadoras a otros mercados. Una subida de tipos en verano no afectará de manera notable a la economía europea. Por otro lado, los países emergentes podrían ser los que más sufran las consecuencias de las nuevas medidas de la FED, ya que si sube el dólar se producirá una caída del mercado de materias primas, lo que perjudicaría a los países emergentes, ya que cae su principal fuente de ingresos. Además, la deuda de estos países afectaría a su economía, ya que, con un dólar apreciado, tendrían problemas para hacerle frente. Todo ello, tendría implicaciones negativas para España, pues se verían afectadas las compañías cuyo negocio estuviera expuesto a estos países. Esta circunstancia es particularmente cierta en el caso de Latinoamérica, donde nuestras empresas grandes y medianas tienen importante presencia.
• Banca. En EEUU, los bancos celebrarían una subida de los tipos de interés, lo que aliviaría la situación de un sector lastrado por el actual entorno del precio del dinero. Sin embargo, para las entidades europeas apenas tendría consecuencias. Si se movieran los tipos en Europa, la banca sí que se vería afectada, pero como mínimo, hasta 2018 no se esperan movimientos.
• Turismo. Es evidente que un dólar más fuerte ayuda a que la presencia de turistas provenientes de ese área en Europa sea mayor. En años anteriores, con un euro fuerte las cifras de turistas norteamericanos disminuyeron paulatinamente. En 2015, por el contrario, cuando el euro mostró una tasa de cambio más débil, la llegada de turistas de EE.UU. a España creció a un ritmo del 23,60% (el sector creció un 5,05%). En el primer trimestre de 2016, este estadístico sigue creciendo al 9,85% interanual. Cifras similares se observan en los otros grandes destinos turísticos europeos, especialmente en Francia, Portugal, Grecia e Italia.
• Particulares. Los efectos sobre el ciudadano español serán muy reducidos, ya que el EURIBOR no se moverá por una subida de tipos en EE UU, puesto que el BCE no modificará por ello su política monetaria.

En conclusión, en ZINCAPITAL pensamos que los tipos de interés en EE.UU. continuarán con la tendencia alcista iniciada en diciembre de 2015. Este movimiento será muy lento, moderado y paulatino, pudiendo finalizar en diciembre de 2016 en niveles del 0,50%-1%.

Desde el punto de vista macroeconómico, estas decisiones no tienen porque perjudicar a la economía europea, con la salvedad de aquellas empresas y sectores con fuerte exposición a los países emergentes con gran dependencia de las materias primas. No obstante, estas afirmaciones deben ser muy matizadas dependiendo de cada caso y país en concreto. En cualquier caso, creemos que a la economía de la UE actualmente, y en líneas generales, le conviene un euro algo más débil frente a la moneda norteamericana.

A partir de ahora, ¡¡¡la señora Yellen tiene la palabra!!!