¿Es ahora es el momento de la inversión ética?

Nov 28, 2015 por
¿Es ahora es el momento de la inversión ética?

La crisis no solo está destruyendo gran parte de la riqueza acumulada en los últimos años, sino que también está afectando a la confianza de inversores y ahorradores, que prefieren renunciar a cualquier tipo de aventuras arriesgadas, y así mantener su dinero a buen recaudo, por lo que pueda pasar. En esta coyuntura, hay que preguntarse si hay espacio para operaciones como la financiación ética, que puede parecer menos rentable si bien, como se verá más adelante, no siempre es así.

La financiación ética consiste en utilizar los instrumentos tradicionales de este sector (bancos, cajas de ahorro, fondos de inversión, etc.) para el desarrollo social de las personas, siendo coherentes con los valores éticos propios. Sus criterios de inversión principales suelen ser proyectos relacionados con la economía social solidaria, apostando principalmente por aquellos relacionados con el Tercer Mundo, la educación, el respeto al medio ambiente o la protección de los derechos humanos.

Existen dos criterios básicos para llevar a cabo este tipo de inversiones son:

  • Negativos: Se refieren a aquellas actividades contrarias a las convicciones morales de los inversores, como, por ejemplo, la explotación infantil o la contaminación del planeta.
  • Positivos: Tratan de proyectos que mejoran la calidad de vida de las personas o del ecosistema. Suelen estar promovidos desde la ayuda de las Administraciones Públicas o las fundaciones de distinto tipo.

Es importante señalar que este tipo de inversiones no son altruistas ni mucho menos, sino que detrás esconden análisis financieros y económicos como cualquier otro tipo de operación inversora. De hecho, al evaluar realidades físicas y tangibles, sus proyecciones suelen ser mucho más realistas que las de otro tipo de actividades.

Hay tres tipos de iniciativas en el campo de la inversión ética:

  1. Apoyo de las cooperativas de crédito a aquellos colectivos que, en principio, están discriminados por la financiación tradicional.
  2. La banca ética, que apuesta por proyectos socialmente sostenibles y ecológicos.
  3. Productos éticos que ofrecen las instituciones financieras, desde cuentas a depósitos, o fondos de inversión.

Fondos de inversión éticos

La mayor parte de las inversiones en esta clase de proyectos suelen promocionarse a través de fondos de inversión, aunque es frecuente que muchas entidades intenten darnos gato por liebre. Esto se debe a que muchas inversiones que se promocionan como solidarias no cumplen con los criterios éticos correspondientes, afectando en el largo plazo el prestigio de los que sí lo hacen.

Los fondos de inversión éticos son aquellos que apuestan por actividades y compañías sostenibles y respetuosas con el código deontológico fijado desde la propia gestora para sus vehículos financieros. Desde los años ochenta, momento en el que surgen primero en EEUU y luego en Europa, han canalizado sus flujos de capital hacia empresas que apuestan por la protección del planeta, bajo parámetros sociales y ecológicos, no sólo en la fabricación de sus bienes y servicios, sino también en resto de la cadena de actividad: comercialización, distribución, relación con otros aliados, códigos internos de buen gobierno, etc.

Sólido desarrollo en España

Su rentabilidad, que oscila entre un 4 y un 9 por ciento, su menor volatilidad en periodos de crisis, lo que les hace inversiones más seguras, y el mayor interés que generan entre los inversores en activos financieros responsables han hecho que los fondos de inversión socialmente responsable (ISR) estén ganando músculo en España. Los más interesados en ellos son los inversores institucionales, principalmente los fondos de pensiones de empleo.

Este crecimiento ha quedado patente con los resultados obtenidos en los dos últimos años por estos productos. Según Inverco, en 2013 el patrimonio de los fondos ISR españoles fue de 354 millones de euros, mientras que en 2014 la cifra se multiplicó por ocho hasta alcanzar los 2.900 millones de euros, cosechando una evolución muy diferente que otros fondos tradicionales durante la crisis. Mientras estos últimos ven cada mes como aumenta la fuga de capitales hacia otros productos más seguros, como depósitos o fondos de pensiones, los productos éticos siguen ganando peso, presentando un panorama a futuro de cambio en el sector.

En base a un informe de ESADE y BBVA, en España hay en la actualidad 31 fondos de pensiones que adoptan algún principio de ISR, de los que 17 son fondos de empleo que están llevando a cabo un esfuerzo relevante por impregnar en la sociedad los Principios de Inversión Socialmente Responsable de Naciones Unidas (UNPRI) y por poner en marcha las políticas de ISR en la gestión de sus carteras.

El ejemplo de Triodos

Desde que en 1968, el economista Adriaan Deking Dura, el profesor de Derecho Dieter Brüll y los especialistas Lex Bos y Rudolf Mees creasen un grupo de estudio para analizar cómo el dinero podía ser manejado de forma consciente, el sector de la inversión ética ha evolucionado increíblemente. Tanto es así que hay muchas entidades especializadas sólo en localizar y analizar este tipo de proyectos, buscando tanto el desarrollo social como el beneficio para sus clientes y partícipes.

Una de estas firmas es Triodos Bank, que financia empresas, entidades y proyectos que aportan un valor añadido en el campo social, medioambiental y cultural, gracias al apoyo de ahorradores e inversores que optan por el impulso de empresas socialmente responsables y por la construcción de una sociedad más humana y sostenible.

Triodos Bank es un banco europeo independiente con 30 años de experiencia en banca ética y sostenible. Desarrolla un innovador modelo de negocio bancario que combina la rentabilidad financiera con la rentabilidad social y medioambiental. Los ahorros de sus clientes permiten financiar iniciativas novedosas que, además de ser rentables, benefician a las personas y el medio ambiente.

La entidad cuenta con más de 1.000 empleados, más de 530.000 clientes en Europa y 6.400 proyectos en cartera. Tiene sucursales en los Países Bajos, Bélgica, Reino Unido y España, donde opera bajo la supervisión del Banco de España en materia de liquidez y transparencia. Además, cuenta con una agencia en Alemania y está presente en más de 30 países de África, Asia, América Latina y Europa del Este a través de sus fondos de inversión y microcréditos.