Direct Lending

Mar 4, 2015 por
Direct Lending

Los autónomos y las pymes atraviesan desde hace varios años graves dificultades para acceder a la financiación que necesitan. Ello hace que aparezcan nuevas alternativas al crédito bancario, al que tan expuesto están las empresas en la actualidad y sin el cual muchas han echado el cierre. Las últimas noticias sobre iniciativas de financiación a empresas por entidades no bancarias vuelven a poner sobre la mesa las oportunidades que provienen de sectores ajenos a esta industria con el fin de hacerse un hueco en esta actividad.

Existen alternativas ya conocidas, tales como el crowdfunding, las entidades de capital riesgo, los Business Angels o las sociedades de garantía recíproca. Ellas han facilitado y han hecho llegar el crédito a muchas empresas en dificultades, posibilitando la constitución de diferentes startups. Más recientemente, ha aparecido un nuevo modo de financiación: el Direct Lending.

Traducido literalmente como “préstamo directo”, se trata de una forma de financiación que consiste en facilitar recursos financieros a pymes con una mayor garantía y flexibilidad tanto en plazo como en condiciones que las entidades financieras tradicionales. Los recursos económicos que facilitan el Direct Lending se obtienen de fondos constituidos a tal efecto y aportados por diversas entidades, entre las que cabe destacar la inversión institucional (Fondos de inversiones y Planes de Pensiones, fundamentalmente) y las aportaciones de fondos privados.

Entre los argumentos para tomar la decisión de financiar empresas se encuentran los de la rentabilidad a corto plazo, derivada de los tipos de interés de los préstamos a las empresas, especialmente a pymes, o a más largo aprovechando las expectativas de la recuperación de nuestra economía, o los de captación y vinculación del tejido empresarial para posicionarse en el mercado español de crédito de forma permanente.

Los inversores en direct lending quieren ocupar el hueco de la financiación a empresas de menor calidad crediticia (para la banca tradicional) cuyas líneas de crédito se han cerrado fruto del deterioro del ciclo económico y/o del negocio de la propia empresa. Esta deuda corporativa, sin embargo, es un activo muy atractivo para estos inversores, especialmente en un contexto de reducida rentabilidad de activos financieros tradicionales. También porque con un enfoque de cartera y con mayores habilidades de análisis del riesgo de crédito específico de este tipo de empresas gestionan eficientemente el coste del riesgo.

En la actualidad, el marco normativo que regula este tipo de actividades es bastante flexible, al existir escasas restricciones al desarrollo de esta actividad financiadora. Por este motivo, se trata de una actividad atractiva tanto para el prestamista como para el prestatario al no existir las rigideces propias de un mercado tan regulado como es el bancario.

Por el momento, pocas entidades han lanzado fondos de estas características con el objetivo de proporcionar financiación mediante créditos directos a empresas nacionales con plazos de hasta siete/diez años y a tipos variables fijados mediante un diferencial sobre el Euribor.

En ZINCAPITAL (www.zincapital.com) tenemos una amplia experiencia en la negociación con fondos de esta naturaleza, tanto nacionales como internacionales. Nuestro equipo ha realizado en los últimos trimestres diferentes operaciones de financiación a PYMES, a través del direct lending, en plazos de hasta 10 años y con un coste financiero medio aproximado de EURIBOR más 3 (tres) puntos porcentuales.

Actualmente, la financiación directa constituye una alternativa con un coste similar al crédito bancario, si bien presenta ventajas adicionales. La principal, que se trata de una fuente más flexible por la capacidad de adaptarse a las necesidades y la generación de flujos del prestatario al tiempo que las garantías son claramente menos exigentes para las empresas que los préstamos sindicados o los valores. Por otro lado, es menos intensiva en dedicación de recursos al proceso de emisión: menor tiempo de formalización y sin necesidad de calificación crediticia. Igualmente es menos exigente en términos de información de seguimiento posterior.

Es en este contexto donde los servicios de un asesor independiente adquieren especial relevancia, ya que normalmente la pequeña y mediana empresa precisa de una voz sin conflictos de interés que le guíe en la búsqueda del tipo de financiación más adecuado.



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