El factoring, una poderosa arma de financiación

Oct 5, 2015 por
El factoring, una poderosa arma de financiación

Durante los últimos años, con muchas pequeñas empresas ahogadas por la falta de financiación, el problema de la liquidez puede acabar llevando al desastre nuestro proyecto de negocio, aunque nos hayamos preocupado de hacer las cosas bien, planificándolas de manera objetiva. El aumento de la morosidad y el aplazamiento en los pagos por parte de nuestros clientes son riesgos muy serios para nuestra supervivencia, algo que el factoring nos puede ayudar a resolver de manera eficaz para tranquilidad de todos.

Hay veces en que los bancos pueden convertirse en nuestros mejores aliados… y más en plena crisis. A través del factoring podemos forjar con ellos una alianza que nos interesa a ambos, evitando, de paso, tener que recurrir de forma innecesaria al crédito bancario que puede acabar pesando como una losa en el futuro.

¿Qué es el factoring?

No es, ni más ni menos que la cesión de parte de nuestros créditos comerciales a una tercera entidad, normalmente un banco, que pasa a ser la titular de los derechos de cobro. Como norma general, estos créditos suelen provenir del desarrollo habitual de nuestro negocio, es decir, que se han originado por haber prestado un servicio, por haber vendido algún producto o por el alquiler de un activo inmobiliario, por ejemplo.

¿Qué clases hay?

Aunque pueden establecerse muchas categorías, las más comunes son dos:

– Factoring sin recurso. En este caso, la empresa que adquiere los derechos de cobro asume por completo el riesgo de la operación, a cambio de su correspondiente comisión. Si el deudor no paga, nuestra empresa no asumirá ningún coste, sino que repercutirá por completo en el banco. La mayoría de las operaciones de factoring que se realizan en España son de esta clase.

– Factoring con recurso. Si no hay pago, los que perdemos somos nosotros, ya que el banco se desentiende de la operación. Apenas se da esta fórmula entre las pymes ya que supondría, en muchos casos, la quiebra de facto de la compañía. Este tipo de factoring se encuentra cada vez más en desuso ya que, en el fondo, no favorece a ninguno de los contratantes. No hay que olvidar que, a mayor riesgo, un banco obtiene comisiones y beneficios más elevados.

¿Qué ventajas ofrece el factoring?

– Sanea la cuenta de clientes de un negocio

– Introduce liquidez para poder acometer otras operaciones

– Permite destinar recursos humanos y materiales a otras actividades

– Garantiza una mayor facilidad en la contabilización del balance

– Puede ser la clave para que la pyme obtenga, a su vez, financiación bancaria

– Ofrece una imagen de viabilidad y buena gestión de la empresa

¿Tiene algún inconveniente?

Principalmente uno: supone un coste para el negocio, derivado de tener que abonar una comisión a la entidad bancaria, por el riesgo de tener que gestionar esta los derechos de cobro. Recurrir al factoring siempre debe ser visto como una manera de recuperar dinero de manera rápida y que, por los medios convencionales, podría tardar demasiado tiempo en lograrse o, incluso, perderlo por completo. Es decir, hay que ver una operación de factoring como una fuente de financiación más que nos ayude a garantizar la supervivencia de nuestro negocio en el largo plazo.

A modo orientativo, las entidades financieras suelen exigir comisiones próximas al 3% del nominal de los créditos que adquieren, por lo que habrá que valorar si nos merece la pena sellar un acuerdo de estas características. Hay que tener siempre presente ese antiguo refrán castellano que dice que es mejor pájaro en mano que ciento volando.