El BREXIT, el Reino Unido y la Unión Europea

Jul 3, 2016 por

El gran seguimiento dado por los medios a la reciente coyuntura política británica hace que todos sepamos ya que el 23 de junio de 2016 el Reino Unido (RU) votó SÍ (LEAVE) a su salida de la Unión Europea con el 51,9% de los votos a favor y el 48,1% en contra y una participación del 72,2% (84,6% en el referéndum de Escocia de 2014 y 66,1% en las últimas elecciones generales de 2015). También se ha difundido ampliamente que Londres, Escocia e Irlanda del Norte votaron ‘IN’, pero en general Inglaterra y Gales ‘OUT’, los jóvenes masivamente a favor de la UE y las personas mayores en contra.
Es evidente que el resultado fue un duro golpe al liderazgo de Cameron, que tuvo que dimitir, aunque se mantendrá en el cargo unos meses. En septiembre, el Partido Conservador elegirá un nuevo PM y su sucesor no está claro, aunque hay que pensar que será un euroescéptico.
El nuevo PM tomará la decisión sobre cuándo poner en marcha el artículo 50 del Tratado de Lisboa y comenzará formalmente el proceso de salida. Cuándo y quién comenzará las negociaciones con la UE siguen siendo preguntas sin respuesta.
Por otra parte, desde el punto de vista interno, el asunto es complejo. Así, la Primera Ministra escocesa, Sturgeon, dijo que otro referéndum sobre la independencia está sobre la mesa. Es decir, Escocia tendrá que decidir entre ser un miembro del RU o de la UE. Las encuestas no apuestan por una victoria de la independencia si el referéndum se hiciera ahora. No obstante, creemos que terminarán realizándose consultas acerca de la independencia de Escocia e Irlanda, lo que es un importante riesgo de ruptura del RU.

Brexit: un largo período de incertidumbre

Las negociaciones de la relación RU/UE comenzarán tras la notificación por parte del gobierno a la UE, lo que iniciará un proceso complejo que durará más de dos años. Durante el período de negociación, el RU seguirá siendo un miembro de pleno derecho de la UE, por lo que la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas continuará. No obstante, su influencia en la UE se verá seriamente dañada, ya que no participará en las discusiones del Consejo Europeo o en las del Consejo que le afecten.
En nuestra opinión, el “acuerdo de retirada” con la UE probablemente mantendrá cierto acceso del RU al mercado único, pero con muchas restricciones al de servicios (por ejemplo, servicios financieros). También hay incertidumbre sobre los acuerdos comerciales con el resto del mundo. Es poco probable que el RU se beneficie de los TLC firmados por la UE o de los que están en curso de negociación (TTIP, TLC de Canadá).
Desde la óptica europea, pensamos que a medio-largo plazo el proceso de la Europa a dos velocidades se acelerará. La zona euro, que dominará a los países “no euro”, fomentará una mayor integración (fortalecimiento de la unión monetaria en 2025, Tesoro único de la eurozona, etc.) Sin embargo, la recargada agenda política (elecciones en Francia y Alemania) implica menores posibilidades de adoptar decisiones importantes a corto plazo.

Perspectivas económicas del RU: un shock para el crecimiento y la inflación

Las previsiones de crecimiento del RU han sido recortadas significativamente, pero obviamente el impacto todavía es incierto. El consenso de mercado ha revisado la estimación del PIB desde el 2% para 2016 y 2017 (lo esperado antes del referéndum) al 1,0% y 0,2%, respectivamente, siendo probable que se produzca una recesión técnica en la segunda mitad de 2016.
Este impacto se deberá a la mayor incertidumbre, descenso de la confianza, comportamiento de los mercados, caída inicial de la inversión (salida de capitales) y de la confianza del consumidor (bajos precios de las acciones, aumento del ahorro por precaución) y mayores primas de riesgo (rebajas en marcha de la calificación crediticia). En el largo plazo (2030), las consecuencias económicas dependerán del acuerdo definitivo que se firme con la UE, pero según la OCDE, el impacto estará comprendido entre -2,7% y -7,7% del PIB del RU.
Las causas más importantes de este castigo a largo plazo de la economía estarán en: menor comercio, reducción de la inversión extranjera directa, menor competitividad derivada de una menor inmigración, y reducción de la innovación, lo que debilitará el progreso y la productividad del RU.
El comportamiento de los precios generará otras distorsiones de considerable magnitud. Su evolución dependerá de la magnitud de la depreciación de la libra, de la política que aplique el Banco de Inglaterra y del shock de la demanda. Es de esperar que la inflación interanual supere el 2,4% en 2017 (suponemos un 20% de depreciación persistente de la libra).
Fuera del Reino Unido, es probable que los efectos del Brexit sean modestos, reduciendo el crecimiento de la zona euro un 0.1-0.2%. Irlanda, Holanda y Bélgica sufrirán más, debido a sus mayores vínculos comerciales. También sufrirán Luxemburgo, Malta y Chipre debido a la gran exposición financiera.

El Banco de Inglaterra tomará todas las medidas necesarias

El objetivo inmediato del Banco de Inglaterra es que el mercado funcione correctamente a través de la provisión de liquidez adicional a los bancos. En este sentido hay que citar que varias operaciones repo a largo plazo ya habían sido anunciadas con anterioridad al referéndum. Además, el BdeI “está dispuesto a proporcionar más de 250.000 millones de libras a través de sus facilidades habituales” y a proporcionar liquidez en moneda extranjera, si llegase a ser necesario.
Sus futuras decisiones dependerán de la evaluación de las perspectivas económicas, ya que se enfrenta a una disyuntiva entre apoyar el crecimiento en medio de un choque de confianza o enfrentarse a una mayor inflación a causa de la depreciación de la libra esterlina.
El impacto del Brexit en la confianza interna tardará en manifestarse, mientras que la depreciación de la libra y sus efectos serán inmediatos, lo que complica aún más la tarea del BdeI. Creemos que es probable que se permita, durante un período de tiempo, un objetivo de inflación superior a lo que ha venido siendo habitual.
Por ello, pensamos que no se producirá un recorte inmediato de los tipos, debido al riesgo de de caída de la libra, pero se anunciarán nuevos recortes en julio, que llevarán el precio oficial del dinero al 0%, no esperándose que alcance tipos negativos. También se realizarán compras de bonos corporativos con el objetivo de reducir el coste de los fondos bancarios y de recortar los diferenciales.
En resumen, si todo discurre de acuerdo al guión existente a día de hoy, en ZINCAPITAL pensamos que será la economía británica y la renta de sus ciudadanos los que sufran a corto/medio plazo. En la UE el efecto debe ser moderado, aunque es evidente que unos países sufrirán más que otros. En el caso de España, creemos que el sector turístico (consumo e inversión) puede verse afectado. En cualquier caso, habrá que esperar a ver cómo se desarrollan las negociaciones RU/UE para poder extraer conclusiones definitivas.